¿Cuál es el propósito de la revelación del Señor a Jakob Lorber?

21 de agosto de 1840

1. El propósito de todas estas revelaciones es, en primer lugar, que ellas muestren a vuestro intelecto mundano, altamente educado, lo tonto que es su esfuerzo por querer explorar cosas y atraerlas al área de su indescriptible limitación, que debido a su profundidad, grandeza y santidad, permanecerá eternamente más allá de su esfera, ya que tales cosas solo se ponen en los corazones de los humildes, piadosos y creyentes, y también a los niños de cuna, como también Yo puedo dárselas a las piedras. Sí, como una señal que avergüence la sabiduría del mundo.

2. En segundo lugar, sin embargo, este propósito también consiste en mostraros, a vosotros y a todo el mundo, los verdaderos caminos de Mi Amor misericordioso que se derrama para establecer la Salvación eterna de todos los seres, y cómo, cuándo y por qué todo es así y sucede: para que se acabe todas las dudas mundanas y las cosas puedan verse en sus relaciones verdaderas y originales. Porque así como un buen constructor con seguridad sabe mejor para qué debe ser esto o aquello en una obra grande, solo Yo puedo saber por qué esto, por qué eso y cómo, cuándo y porqué.

3. Quien investigue y se rompa la cabeza sobre este asunto pero sin Mi Gracia siempre fallará. Pero quien venga a Mí y lo aprenda de Mí en su corazón lo obtendrá en la plenitud de la Verdad que nunca cambia ni por una coma por toda la eternidad.

4. Y en tercer lugar, para que quede expuesta la maldad múltiple de las personas de todas las clases y niveles, y para que se entienda bien cómo esas personas, debido a su maldad ciega, hunden tercamente lo más sagrado y puro en el barro sensual y lo desfiguran horriblemente a favor de sus fines egoístas no bendecidos.

5. En pocas palabras, todo debe y debe estar expuesto abiertamente ante el mundo para que todos sepan en qué lugar están posicionados. Sí, el centro de la Tierra deberá ser revelado al mundo tan abiertamente como un plato secreto y nutritivo se presenta a los invitados.

Y así, cualquier sol, por más lejos que esté, podrá ser descompuesto en pequeñas partes bajo el microscopio de la creencia viva en la humildad, sin importar si su tamaño sea mayor que el mayor pensamiento que vosotros podáis pensar. -

¡Y que no haya ningún hilo, por más pequeño que sea, y por por más fino que hile que no llegue a ser visto a través de la Luz magnificadora del sol de Mi Gracia! Sí, Yo quiero formar cuerpos celestes transparentes a partir de puntos y dividir los soles centrales en puntos revelados para que el mundo pueda ver que al final Yo soy el Todo en todo.

La paz besará la Tierra

6. Cuando, a través de Mi Palabra revelada, el mundo se dé cuenta de que no se puede buscar ni encontrar la salvación fuera de Mí, entonces ¡la Paz besará la Tierra y a todos se les garantizará su actividad de vida, tanto temporalmente en esta Tierra como eternamente, una actividad vivida en todo amor por Mí!

Solo así el emperador será verdaderamente un emperador, uno que ha sido designado por Mi Unción; el rey un rey, el duque un duque y el príncipe un príncipe. Todo esto sin ninguna constitución condenadora, excepto la constitución del Amor de Mí y la Gracia que lo irradia todo.

¡Y aquí que el lobo sirva al cordero como un enfermero que está a su cuidado!

7. Y con esto, Yo quiero nivelar todo para que no haya más "inundaciones" ni "huaicos" o "derrumbes de los cerros", sino solo el Mar de Mi Amor y las Corrientes de Mi Gracia. Todo lo demás tiene que convertirse en "tierra plana".

8. Y mirad, ¡todo esto debe hacerse para que la verdadera Iglesia sea purificada entre los hombres y para que su victoria brille más que la luz de todos los soles, unidos en uno, para que luego exista 'un pastor y un rebaño', cuyas ovejas siempre escuchen Mi Voz hasta el final de todos los tiempos, cuando toda la materia sea destruida en el Fuego del Amor Divino, o en el fuego de Mi justa Ira, en caso que estas, Mis Palabras de advertencia, se pudran sin dar fruto en el barro del mundo!

9. ¡Mira, ahora ha llegado el momento del 'pequeño tiempo'! Quien le preste mucha atención, a él le sucederán grandes cosas y por siempre. ¡Pero quien se enoje por esto y tenga reparos de Mi Lealtad, el "pequeño tiempo" pasará pronto para él y la gran Ira eterna lo atrapará! - Por lo tanto: ¡así o asá! - Así como uno quiera, ¡que lo haga! - En cualquier caso nos encontraremos siempre. Amén. Esto lo digo Yo, el Amor y Sabiduría eternos. ¡Amén, amén, amén!

Fuente: Dádivas del Cielo, tomo 1, recibido el 21 de agosto de 1840 por Jakob Lorber.